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El acceso al agua es esencial para el desarrollo socioeconómico. También para la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y la supervivencia de los seres humanos. Por lo tanto, esto es una cuestión de derechos.
La mayoría de nosotros no valoramos la facilidad con la que accedemos al agua potable cada día. Sin embargo, para más de 700 millones de personas, tener acceso al agua potable se convierte en una tarea prácticamente imposible. El agua es una necesidad vital, pero además juega un papel fundamental en el desarrollo de las sociedades. Así como en la erradicación de la pobreza y la desigualdad. En el 80% de los hogares que no pueden acceder al agua, la responsabilidad de recogerla y llevarla a casa recae en las mujeres y las niñas.
La escasez de agua potable provoca importantes crisis migratorias y graves problemas sanitarios. Además, tiene un mayor impacto negativo en los grupos más desfavorecidos como: ancianos, enfermos, mujeres y niñas. En los dos últimos casos, la recogida de agua implica recorrer largas distancias cargando peso por caminos inseguros. Y supone un riesgo importante de sufrir algún tipo de violencia. Además, esta actividad las aparta de tareas como ir a la escuela o tener un trabajo. Las mujeres y las niñas pasan hasta 40.000 millones de horas al año recogiendo agua.
En julio de 2020, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el acceso al agua y al saneamiento como un derecho humano fundamental. Esto significa entre 50 y 100 litros de agua por persona y día: segura, aceptable, asequible y físicamente accesible. La fuente debe estar a menos de 1.000 metros del hogar y su recogida no debe superar los 30 minutos. Además, el agua está incluida en El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: «garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos». La meta de este objetivo incluye tanto los aspectos del ciclo del agua como los sistemas de saneamiento.
Con todos estos datos, la solución a la escasez de agua se erige como un objetivo primordial. Implicando al sector público y al privado. Uno de los valores que perseguimos a diario en GENAQ es precisamente ese. Contribuir a que el acceso al agua potable sea una realidad en todo el mundo.